Las manifestaciones surgen en medio de descontento por la reforma del sistema de pensiones (Ley N.º 32123), que ha sido ampliamente criticada porque beneficiaría solo a las AFP.
Diversos grupos de jóvenes independientes, así como colectivos y organizaciones ciudadanas, han planificado movilizaciones para los días 20 y 21 de septiembre. La razón detrás de estas protestas es manifestar su descontento hacia el gobierno de Dina Boluarte y el Congreso, en un contexto de creciente insatisfacción por la reforma del sistema de pensiones, la cual es percibida como favorable únicamente para las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y no para la ciudadanía en general. En la reciente movilización, que tuvo lugar el 13 y 14 de septiembre en el Centro de Lima, la asistencia no alcanzó las cifras esperadas, aunque se reportaron incidentes de represión policial.
La nueva convocatoria para este fin de semana tiene ecos con la crisis vivida en Nepal. Recientemente, el país asiático fue el escenario de protestas que resultaron en la muerte de al menos 72 personas. La llamada ‘Generación Z‘ logró la caída del primer ministro, K.P. Sharma Oli, luego de que la situación escalara tras la prohibición del uso de redes sociales. Sin embargo, las denuncias por nepotismo y abusos de poder ya venían cociéndose en la nación, lo cual habría sido el problema de fondo. La pregunta es, ¿podría Perú replicar al pueblo nepalí?
Generación Z: ¿podría la juventud peruana replicar las protestas de Nepal en las marchas de este 20 y 21 de septiembre?
Las manifestaciones surgen en medio de descontento por la reforma del sistema de pensiones (Ley N.º 32123), que ha sido ampliamente criticada porque beneficiaría solo a las AFP.
La nueva convocatoria para este fin de semana tiene ecos con la crisis vivida en Nepal. Recientemente, el país asiático fue el escenario de protestas que resultaron en la muerte de al menos 72 personas. La llamada ‘Generación Z‘ logró la caída del primer ministro, K.P. Sharma Oli, luego de que la situación escalara tras la prohibición del uso de redes sociales. Sin embargo, las denuncias por nepotismo y abusos de poder ya venían cociéndose en la nación, lo cual habría sido el problema de fondo. La pregunta es, ¿podría Perú replicar al pueblo nepalí?
¿Por qué marchará la Generación Z en Perú?
Dirigentes de grupos que participarán en las marchas, como Voz Ciudadana y Colectivo Jóvenes Líderes para el Perú, indicaron anteriormente a La República que no solo se movilizan por las AFP. Una de las líderes indicó: »Marchamos contra la corrupción, la mala gestión y porque no queremos que nuestras familias sigan sufriendo las consecuencias de un gobierno corrupto».
Lo cierto es que las últimas movilizaciones del 13 y 14 de septiembre no tuvieron la asistencia anticipada. Sin embargo, el uso desmedido de la fuerza por parte de efectivos policiales llamó la atención. Días previos, la presidenta de la nación, Dina Boluarte, afirmó: «El peruano ya aprendió (…) no hay por qué bloquear carreteras como antaño, no hay por qué salir en cantidad de personas a las calles a generar caos».
La politóloga por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV), Guadalupe Caycho Raymón, considera que las afirmaciones de Boluarte constituyen un »retroceso para la democracia». »Esa frase minimiza todo el derecho constitucional que tenemos todos a protestar. Y más bien nos transmite, nos refleja un mensaje autoritario de su parte, de parte del gobierno, en lugar de centrarse en cuestionar y atender las demandas ciudadanas», sostiene la experta.
Sobre si las palabras de la presidenta podrían desincentivar la participación ciudadana, Caycho opina: »Pueden tener el efecto contrario.
Los colectivos organizados pueden unir esa chispa de indignación y pues dar razones en sí para movilizarse (…) En términos democráticos, la protesta es un pilar».
La antropóloga por la Universidad Nacional del Centro del Perú, Isabel Hurtado, rechaza las declaraciones de Boluarte, e indica que «los muchachos no están para que les digan, pues, que ya no hay marchas, que ya aprendieron, que hay que trabajar». »En la primera marcha algunos muchachos no tenían muy claro el motivo. En esta oportunidad, están más informados los jóvenes y creo que esa motivación, ese peligro que corren los jóvenes con motivo de esta nueva ley, va a hacer eso un punto de inflexión», afirma.
A pesar del llamado para movilizarse el 20 y 21 de septiembre, a las 5:30 p.m. en la Plaza San Martín, el profesor de filosofía y ciencias políticas en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), Ricardo Falla Carrillo, considera que «primero habría que ver cuál es el nivel de compromiso de la ciudadanía crítica frente a la convocatoria de las marchas».
El experto indica que no solamente es importante salir a las calles, sino también tener un plan de acción o »transformación de campo». «Podría haber una gran revuelta, muchísima gente podría participar, pero yo no pienso tanto en la marcha. Pienso en el día siguiente de la marcha, lo que viene después», manifiesta.
La politóloga Caycho indica que existe el riesgo de que el mensaje de la protesta se salga de la problemática central si se involucran más actores u otros temas de denuncia. «(Funcionaría) mientras se pueda mantener la profundidad del relato, sin llegar a banalizar o entrar en otros aspectos».
Sin embargo, también destaca la importancia de que se difunda la convocatoria en plataformas digitales. »Veo que hay streamers de Kick y de todas esas plataformas que se están sumando a eso. Ahora, con las redes sociales, puede calar un poco más (…) Más allá de la cantidad de personas, el tema del mensaje central sería fundamental para poder potenciar todo esto», explica.